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Mostrando entradas de enero, 2013

Gracias

(Hoy lei esto en el facebook y me gustó tanto que quise compartirlo, casi igual solo cambiando unas pocas palabras ) Hola, después de tanto tiempo que juré no volver a hablarte o escribirte aquí me encuentro, escribiéndote esto y dándome cuenta que aún me tiembla el pulso al pensar en ti. Pero el motivo no es el mismo que el de otros. No te escribo para decir que aún te amo ni para decir todo el rencor que te guardo, porque sinceramente ya no siento ninguna de esas dos cosas. Quería expresarte lo que sentí al saber de ti. ¡En aquel instante me quedé helada! y solo se me cruzó por mi cabeza una palabra... ¡Gracias! Gracias por haberme hecho esta persona que soy ahora. Por haberme hecho más segura, más inteligente, más sensible... Menos inocente. Gracias por haberme enseñado que los cuentos de amor de princesas y príncipes son solo eso, cuentos. Me enseñaste que en la vida hay personas buenas, pero también personas malas que se disfrazan de buenas. Gracias por haber

Daylight

Dawn

Ante aquella visión perfecta de aquel paisaje de ensueño, el frío de la mañana, el lago, la inmensidad, recordaba pedazos de aquella noche. Nunca antes había sentido nada igual. Acostados sin tocarse pero casi rozando el pelo, apenas se sentía la respiración de ninguno de los dos pero era extraño como parecía que notaba su mirada. No sabría expresar esa sensación, en aquel momento, pero era intenso, como si nunca antes hubiera experimentado nada tan real y quisiera alargar ese momento, en el que en cualquier momento alguno de los dos daría un pequeño movimiento diera paso a algo más. Ella giró levemente la cabeza y él al instante hudió su nariz en su pelo inspirando fuerte recorriendola con un brazo casi inmovilizandola. Ella cerró los ojos, inspiró y se desembocó su corazón y ahí los dos se saborearon lenta y tranquilamente, deliciosamente. Volviendo al momento casi parecía que todo hubiera sido un sueño tan perfecto, tan maravilloso. No podía dejar de pensar en como podía ser que

Confianza ciega

La había traido ahí con una venda de seda negra tapandole los ojos y con las palabras "Confia en mi". Sentía un poco de miedo, pero la realidad es que estaba intrigaba de una manera muy desconcertante. Fueron en coche en silencio. Cuando paró le cogió la mano y la guió hasta bajar por unas escaleras donde la desnudo lentamente pero sin ni siquiera rozarla notó el roce del cuero en el cuello y el frío de algo en la espalda que supo o intuyó que era una cadena y le quitó la venda dejándola ahí sola. En la oscuridad de una habitación que desconocía y con el único sonido de su respiración y los latidos del corazón casi audibles.