Siendo sinceros, cuando se está enamorado, cualquier ocasión es perfecta para tener algún detalle y aunque nos empeñemos muchas veces muchos de nosotros en negar que nos encantan las sorpresas, siempre nos encantan los detalles cargados de romanticismo.
Pero ha sido estando soltera cuando le he cogido a este día de corazones y cupidos un "odio" importante.
No miento cuando digo que sinceramente me da igual que sea San Valentín o el día del amor eterno. Para mi sería un día más. Y sería así de no ser porque durante más de un mes ves corazoncitos por todas partes. Bombones y champagne. Ofertas especiales de fin de semana y mucho más. Todo bastante soportable hasta que llega el día en cuestión.
Pongámonos en la situación de que estás en unos días sensibleros, vulnerable. En ese estado tontorrón e insoportable. Entras en las redes sociales y todo es amor, mensajitos empalagosos, cancioncitas sensibleras y fotitos de besos, abrazos, arrumacos y "te querre para siempre forever and ever".
Así que pasas el día asqueado, sin querer ni asomar por ningun sitio porque todo es amor, amor y amor y más amor... así que lo único que quieres es que pase de una vez ese día y no veas por todas partes parejitas encantadas de conocerte mientras tu estás sad total.
No me engaño, y en parte también es envidia, porque quieras o no y aunque no me considere alguien empalagoso ni excesivamente cariñosa estos días nos afectan a todos de algún modo.
Espero que aquellos que disfrutéis del amor pasaseis un día especial y que no espereis días específicos para tener detalles con vuestras parejas, que cuando más se aprecia un gesto es cuando menos se espera.
Y para los solitarios como yo, que los días malos pasan y que las malas rachas no son eternas. Así que a sonreir que solos no estamos tan mal.
Feliz día de San Valentín!
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