Ir al contenido principal

La vida es el ahora



Llevo varios días pensando en algo. En cuanto nos gusta quejarnos, en cuanto nos gusta ver el lado negativo de las cosas. Estamos rodeados de odios, de envidias, de desperdiciarlo todo.
Me paso los días observando constantemente a la gente, en mi vida diaria en las redes sociales, en cualquier parte y siempre es lo mismo. Gente que ve pasando la vida y nunca le parece suficiente, no es lo que creían que iba a ser. Se ven envejeciendo envueltos de mentiras, de fingir ser quienes no son y hacer aquello que no les apetece en vez de ser egoístas y escaparse a las islas paradisiacas a perderse de todo y todos.
Y me parece terrible. Es eso la vida? Estar siempre pensando en aquello que queremos hacer y no podemos?
Tengo clara una cosa y es que cada uno sabe sus propios problemas. Nadie puede opinar sobre la vida de los demás porque sencillamente no estamos en ella.
También he de ser sincera y decir que a mí también me encanta quejarme. Lo reconozco. Siempre estoy dando la vuelta a todo. Que si el trabajo, que si mi no casa, mi no pareja, mi falta de viajar… en fin… sí, siempre es tan fácil encontrar aquellas carencias de nuestra vida…
Pero se me pasa por la cabeza ya desde hace tiempo algo que estoy madurando poco a poco. El ser feliz con lo que tengo. La vida es ahora, lo que está pasando ahora. No podemos estar esperando que pase algo que la cambie. Quizás no cambie nunca… Y lo más terrorífico,… quizás se acabe en un instante… mañana o de aquí unos meses. Puede parecer un pensamiento negativo… pero no lo es.
Pienso que el vivir teniendo presente que la vida es efímera, que se nos está escapando de las manos y que seguro solo tenemos este momento hace que la vivamos de una manera distinta. Seamos conscientes de nuestro alrededor, saboreemos la vida tal cual es.
Muchos ante vuestros problemas me diréis que no es tan sencillo… y como he dicho no puedo ponerme en la piel de los demás, a entender sus problemas para pasar el mes, a encontrar trabajo, a superar enfermedades o la pérdida de un ser querido… etc…
Hay situaciones que escapan al alcance de nuestras manos pero abracémonos a cualquier cosa para seguir adelante. A ver que tenemos cosas maravillosas, a lo que nos brinda la naturaleza. El espectáculo de las nubes, a la lluvia, a los atardeceres.  Todo en sí es un milagro así que aprovechemos ese milagro, el ahora. La vida puede ser maravillosa.

Comentarios

  1. Tienes razón, no es fácil, y menos en estos momentos que vive la sociedad porque todo nos lo pintan y pinta negro, pero si estaría bien ser capaces de sacar esa gota de optimismo y que aún nos queda en algún rincón si buscamos bien. El problema es que tenemos vicios adquiridos y del pensamiento al hecho se nos escapa esa gota ;)
    Mil bicos preciosa!!!

    ResponderEliminar
  2. La teoria siempre suena muy sencilla pero luego lo realmente complicado es llevarla a la práctica... pero lo importante es intentarlo y darnos cuenta que lastimarnos de algunas cosas no nos lleva a ninguna parte y solo nos hace más daño. Gracias por leerme y por el comentario guapísima, bicos!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Has de vivir

Vuelvo a escribir tras medio año desaparecida. Este artículo me ha parecido maravilloso y perfecto para esta foto. Así que aquí lo pego identificando esta imagen con estas maravillosas palabras. "Sucedió hace apenas treinta horas en una mesa frente a Gràcia, en la indescriptible sala de  Moments  —frente a nosotros, un padre con su hija ( ¿seis años? ), él le explicaba los platos, ella atendía con los ojos muy abiertos, inmensos ojos. Aislados del resto del universo, nada existía más allá de la isla que era su mesa. Nada más. Nada menos. No tengo hijas, pero sí un folio en blanco.  Aquí va una carta para ella, para ti —ojalá un día la leas: Viaja, viaja sin descanso. Viaja sola y acompañada, en familia y enamorada (no existe nada mejor) viaja con amigos y también —por qué no, con un amante, viaja en primera pero también en apestosos trenes regionales. Tienes que conocer La Mamounia y ver caer el atardecer en la terraza del Fortuny, con un Bellini en la man...

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...

MONSTRUOS INTERNOS

Hay muchos tipos de monstruos. Los de las historias de miedo. Los tipos malos. Y también están los monstruos internos. Los que empiezan siendo diminutos, microscópicos pero van creciendo poco a poco, en silencio. Hasta que llega un momento que el monstruo está pegado a nosotros como una sombra que te persigue y siempre está ahí al acecho. Cuando te hacen daño no es solo el dolor que sientes en ese momento, si no las cicatrices. Pasa el tiempo y crees que estás bien hasta que algo hace clic y hace que reaparezcan los monstruos, eso que te embruja y hace un hechizo para imbocar los demonios. A veces el peor enemigo de alguien puede ser uno mismo.