Ir al contenido principal

Un grito de ánimo


Hoy el video es para mi. Me lo dedico porque hoy no he tenido un buen día pero no por ello voy a desanimarme, no del todo almenos. Porsupuesto la canción va para todos aquellos que esteis decaidos, para daros un poco de alegría.
Necesito desahogarme, decir que hoy como en otros momentos, me he dejado caer, me he rendido por un momento, me he dejado llebar por el pesimismo y casi he dejado que cayera una lágrima de mis ojos... pero después de ese momento, de hundirme, me he levantado yo sola y me he sacado de mi tontería absurda. No voy a rendirme, no voy a dejar que los malos pensamientos me dominen, no voy a dejar de sonreir. Lo difícil realmente es cuando hay personas que te importan que están mal y como no puede ser de otra manera te duele y de la impotencia te dejas arrastrar, pero no por mucho tiempo, no condicionaré mi alegría, mi felicidad y lucharé sin descanso. Lucharé para animar a esas personas, para cuidarlas y para hacerlas sonreir, lucharé por ellas y les sacaré una sonrisa. Hoy estoy triste, no puedo evitarlo pero no por mucho tiempo. No me dejaré vencer.

Comentarios

  1. Rendirse nunca guapetona!!!! Todos tenemos momentos de subidas y de bajadas, pero lo bueno de eso es saber remontar a la siguiente subida... Mira a tu alrededor, seguro que hay un monton de gente dispuesta a darte la mano para conseguir el impulso suficiente para conseguir subir de nuevo.
    Te quiero bollitoooo

    ResponderEliminar
  2. Gracias guapísima, siempre hay que recuperarse y no dejarse vencer!! luchar hasta el fin :)) hoy por suerte ha sido un día maravilloso. Biquiños y te quiero preciosa, muaks!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Has de vivir

Vuelvo a escribir tras medio año desaparecida. Este artículo me ha parecido maravilloso y perfecto para esta foto. Así que aquí lo pego identificando esta imagen con estas maravillosas palabras. "Sucedió hace apenas treinta horas en una mesa frente a Gràcia, en la indescriptible sala de  Moments  —frente a nosotros, un padre con su hija ( ¿seis años? ), él le explicaba los platos, ella atendía con los ojos muy abiertos, inmensos ojos. Aislados del resto del universo, nada existía más allá de la isla que era su mesa. Nada más. Nada menos. No tengo hijas, pero sí un folio en blanco.  Aquí va una carta para ella, para ti —ojalá un día la leas: Viaja, viaja sin descanso. Viaja sola y acompañada, en familia y enamorada (no existe nada mejor) viaja con amigos y también —por qué no, con un amante, viaja en primera pero también en apestosos trenes regionales. Tienes que conocer La Mamounia y ver caer el atardecer en la terraza del Fortuny, con un Bellini en la man...

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...

MONSTRUOS INTERNOS

Hay muchos tipos de monstruos. Los de las historias de miedo. Los tipos malos. Y también están los monstruos internos. Los que empiezan siendo diminutos, microscópicos pero van creciendo poco a poco, en silencio. Hasta que llega un momento que el monstruo está pegado a nosotros como una sombra que te persigue y siempre está ahí al acecho. Cuando te hacen daño no es solo el dolor que sientes en ese momento, si no las cicatrices. Pasa el tiempo y crees que estás bien hasta que algo hace clic y hace que reaparezcan los monstruos, eso que te embruja y hace un hechizo para imbocar los demonios. A veces el peor enemigo de alguien puede ser uno mismo.