
Otras veces se nos ponen delante sin buscarlo y crece nuestra impotencia. Flaqueas, te rindes, te dejas llevar por lo negativo porque lucha tras lucha sientes que falta energía. Te sientes tan lejos, tan fuera del mundo. Y quieres correr y correr, huir de todo... aún sabiendo que no se puede huir de uno mismo.
Comentarios
Publicar un comentario