Ir al contenido principal

Carta de "Esperando por siempre"

Hoy quería haceros un regalo. Escribiros una carta de una película y que en mi opinión es preciosa, casi perfecta. Que mejor que en estos días para compartirla:
"Querida Emma,
esas dos palabras "querida Emma" me transportan a otra época cuando nos escribíamos después que murieran mis padres. Yo te contaba de mis nuevos amigos y mi nueva vida y tu me decías que mis padres tenían una gran vida en el cielo. La verdad no es nada. Lo que tu crees que es verdad lo es todo. Y lo que yo creía es que iba a estar contigo para siempre. Para siempre.
He tardado tanto en escribirte porque he visto que he sido un tonto. Me pasé la vida engañándome. Todas las cartas que te he escrito han sido de amor. Como podrían haber sido de otra cosa?
Ahora veo que todas excepto esta, fueron cartas de amor malas. Las cartas malas suplican amor. Las cartas buenas no piden nada. Es un placer anunciar que esta es mi primera carta de amor buena porque tu ya no tienes que hacer nada. Ya hiciste todo. Tengo suficiente de ti en la mente para toda la eternidad. Así que, porfavor, no te preocupes por mi. Estoy de perlas, de verdad. Lo tengo todo. Si me conceden un deseo sería que la vida te brinde un poco de felicidad que tu me has brindado y que sientas lo que es amar.
Tu amigo para siempre, Will."


Comentarios

Entradas populares de este blog

Has de vivir

Vuelvo a escribir tras medio año desaparecida. Este artículo me ha parecido maravilloso y perfecto para esta foto. Así que aquí lo pego identificando esta imagen con estas maravillosas palabras. "Sucedió hace apenas treinta horas en una mesa frente a Gràcia, en la indescriptible sala de  Moments  —frente a nosotros, un padre con su hija ( ¿seis años? ), él le explicaba los platos, ella atendía con los ojos muy abiertos, inmensos ojos. Aislados del resto del universo, nada existía más allá de la isla que era su mesa. Nada más. Nada menos. No tengo hijas, pero sí un folio en blanco.  Aquí va una carta para ella, para ti —ojalá un día la leas: Viaja, viaja sin descanso. Viaja sola y acompañada, en familia y enamorada (no existe nada mejor) viaja con amigos y también —por qué no, con un amante, viaja en primera pero también en apestosos trenes regionales. Tienes que conocer La Mamounia y ver caer el atardecer en la terraza del Fortuny, con un Bellini en la man...

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...

MONSTRUOS INTERNOS

Hay muchos tipos de monstruos. Los de las historias de miedo. Los tipos malos. Y también están los monstruos internos. Los que empiezan siendo diminutos, microscópicos pero van creciendo poco a poco, en silencio. Hasta que llega un momento que el monstruo está pegado a nosotros como una sombra que te persigue y siempre está ahí al acecho. Cuando te hacen daño no es solo el dolor que sientes en ese momento, si no las cicatrices. Pasa el tiempo y crees que estás bien hasta que algo hace clic y hace que reaparezcan los monstruos, eso que te embruja y hace un hechizo para imbocar los demonios. A veces el peor enemigo de alguien puede ser uno mismo.