Ir al contenido principal

San Valentín

Nunca he sido muy fan de este día. Cuando he estado con pareja no ha sido un día realmente especial. Almenos no le he dado la importancia que le dan muchos. Si dijera que no he dado sorpresas o que no lo he celebrado alguna vez estaría mintiendo, pero para mi era un día más, una excusa más.
Siendo sinceros, cuando se está enamorado, cualquier ocasión es perfecta para tener algún detalle y aunque nos empeñemos muchas veces muchos de nosotros en negar que nos encantan las sorpresas, siempre nos encantan los detalles cargados de romanticismo.
Pero ha sido estando soltera cuando le he cogido a este día de corazones y cupidos un "odio" importante.
No miento cuando digo que sinceramente me da igual que sea San Valentín o el día del amor eterno. Para mi sería un día más. Y sería así de no ser porque durante más de un mes ves corazoncitos por todas partes. Bombones y champagne. Ofertas especiales de fin de semana y mucho más. Todo bastante soportable hasta que llega el día en cuestión.
Pongámonos en la situación de que estás en unos días sensibleros, vulnerable. En ese estado tontorrón e insoportable. Entras en las redes sociales y todo es amor, mensajitos empalagosos, cancioncitas sensibleras y fotitos de besos, abrazos, arrumacos y "te querre para siempre forever and ever".
Así que pasas el día asqueado, sin querer ni asomar por ningun sitio porque todo es amor, amor  y amor y más amor... así que lo único que quieres es que pase de una vez ese día y no veas por todas partes parejitas encantadas de conocerte mientras tu estás sad total.
No me engaño, y en parte también es envidia, porque quieras o no y aunque no me considere alguien empalagoso ni excesivamente cariñosa estos días nos afectan a todos de algún modo.
Espero que aquellos que disfrutéis del amor pasaseis un día especial y que no espereis días específicos para tener detalles con vuestras parejas, que cuando más se aprecia un gesto es cuando menos se espera.
Y para los solitarios como yo, que los días malos pasan y que las malas rachas no son eternas. Así que a sonreir que solos no estamos tan mal.
Feliz día de San Valentín!


Comentarios

Entradas populares de este blog

Has de vivir

Vuelvo a escribir tras medio año desaparecida. Este artículo me ha parecido maravilloso y perfecto para esta foto. Así que aquí lo pego identificando esta imagen con estas maravillosas palabras. "Sucedió hace apenas treinta horas en una mesa frente a Gràcia, en la indescriptible sala de  Moments  —frente a nosotros, un padre con su hija ( ¿seis años? ), él le explicaba los platos, ella atendía con los ojos muy abiertos, inmensos ojos. Aislados del resto del universo, nada existía más allá de la isla que era su mesa. Nada más. Nada menos. No tengo hijas, pero sí un folio en blanco.  Aquí va una carta para ella, para ti —ojalá un día la leas: Viaja, viaja sin descanso. Viaja sola y acompañada, en familia y enamorada (no existe nada mejor) viaja con amigos y también —por qué no, con un amante, viaja en primera pero también en apestosos trenes regionales. Tienes que conocer La Mamounia y ver caer el atardecer en la terraza del Fortuny, con un Bellini en la man...

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...

MONSTRUOS INTERNOS

Hay muchos tipos de monstruos. Los de las historias de miedo. Los tipos malos. Y también están los monstruos internos. Los que empiezan siendo diminutos, microscópicos pero van creciendo poco a poco, en silencio. Hasta que llega un momento que el monstruo está pegado a nosotros como una sombra que te persigue y siempre está ahí al acecho. Cuando te hacen daño no es solo el dolor que sientes en ese momento, si no las cicatrices. Pasa el tiempo y crees que estás bien hasta que algo hace clic y hace que reaparezcan los monstruos, eso que te embruja y hace un hechizo para imbocar los demonios. A veces el peor enemigo de alguien puede ser uno mismo.