Hoy leí esto en un blog y me ha gustado tanto que tenía que ponerlo aquí.
No me he permitido nada, no me he permitido abandonarme a lo
que siento, ni siquiera reconocérmelo, porque supe siempre que era
imposible. Y
ahora no debería permitirme echar de menos, pero lo hago. Nunca me
concedí fantasear con
cómo sería que me quisiera, como cuando piensas lo que harías si te
tocara la lotería. Y por eso mi recuerdo favorito es el de aquella noche
en que apoyó
su cabeza en mi pecho y acaricié su espalda desnuda y me dijo que era la
primera vez que hacía eso. Porque se pareció a ese espejismo que nunca
me dejé
tener, el de que hacíamos cosas así de simples en lugar de corretear por
los laberintos habituales.
"Besos cortos
Y ahora es demasiado tarde para todo y no es que vaya a a servir de
mucho que planee días futuros precisamente hoy que llueve tanto y ella
está tan lejos, ni siquiera sé dónde.
Adoraba sus posturas de erizo, su mirada fluvial sobre las
cosas, a veces sobre mí. Si me gustaba la manera temeraria en que encaraba el
mundo era porque así es como quiero ser. Veía todos esos obstáculos incorpóreos
que levantaba entre nosotros, pero me importaban una mierda en cuanto sonreía.
Hacía que quisiera vivir cada minuto de otra manera, como si todos, uno a uno,
contasen, porque contaban. No había días mejores que aquellos en los que
veíamos una película cuidadosamente negociada, aunque me quedase dormido. Sobre todo si me quedaba dormido. Me hubiera pasado
horas escuchándola. Yo siempre quería más. Me gustaban los besos largos y ella sólo los quería cortos."
Blog: http://virgenyfurioso.blogspot.com.es/
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