Mi razón me dice que es mejor buscar otro camino, que este no es el correcto. Requiere demasiado esfuerzo. En mi cabeza estoy siempre repitiéndome todos los contras que me impiden seguir con esto. Lo sé… sé que es lo que se supone que debería hacer. Debería resignarme, aceptar lo que hay y no empeñarme en algo que de un principio sabía que me traería de cabeza. Y a pesar de todo, de negarme, de repetirme hoy no voy a pensarle, hoy no voy a buscarle. Lo hago. Doy vueltas por donde creo que puede estar esperando que esté y si no es así almenos ver su sombra. Creo verle por todas partes. Leo su nombre en cualquier momento, haciendo que mi corazón de un vuelco. Hay veces que cuando soy consciente me doy cuenta que estoy pensando en él. Le imagino y mi imaginación inevitablemente vuela hasta que niego con la cabeza, como sacudiendo mis pensamientos. Y me obligo a pensar en cualquier otra cosa y ese es mi día a día. Por otro lado me analizo. Desde que apareció cambiaron muchas cosas...