Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...