Supongo que todos habremos pasado a lo largo de nuestra vida por malas rachas. Pues eso me esta pasando a mi. Pasando una mala racha, pero una mala racha muy muy larga. Quizás hoy estoy en uno de esos días que lo ves todo negro y parece que no haya manera de salir de este bucle en el que siento que estoy metida.
Ahora mismo y desde hace ya un tiempo ya he empezado a pensar que tengo un gafe encima. Un mal de ojo. Una malición o yo que sé. Algo. Es posible que siempre todo me salga mal? Y entonces pienso para mi misma. Pero si estoy genial, pero si en realidad todo está bien. Pero va esa procesión por dentro, esa sensación de que algo no está bien. Esa sensación de vacío.
Luego vienen las preguntas. ¿Será mi culpa? ¿Estaré haciendo algo mal? Porque le das vueltas a las cosas y al final llegas a la conclusión que tiene que ser mi culpa.
Y siempre se repite lo mismo, la misma situación. De diferentes maneras pero al final una decepción. Te ilusionas, quieres tomartelo con calma, no pensar demasiado en ello, no hacer planes. Pero sin querer o muy queriendo (si es que existe esta expresión) te dejas vencer, te dejas deborar porque es tan agradable, es tan gratificante. Y deseas que vaya bien, pero ni un tiempo de relajación, ni un tiempo de poder disfrutar de eso, en nada todo se va a la mierda. Y otra vez vuelves a jurarte que nunca, nunca, nunca más vas a ser tan tonta, que estás mejor sola. Sintiendo que parece que guste complicarse la vida, con lo fácil que sería si fuera capaz de tener un poco de voluntad.
Así que me siento como el coyote en la imagen, con un gran nubarrón encima descárgando la tormenta encima de mi.
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