Ir al contenido principal

Soledad

Intento pensar que hay veces que según la situación es mejor dejar enfriar el momento, reflexionar y respirar profundo. Hacerlo una, dos, tres, las veces que haga falta ... pero cuando hay cosas que se repiten una y otra y otra vez al final sale ese mal humor que se ha ido impregnando de tanto callar y resignarse...
Ya hace tiempo me voy desilusionando, decepcionando de todo. Sintiendo que voy quedándome atrás, que no soy lo primero y a cada vez que pasa más me duele y más siento la indiferencia hasta que llegará el punto de no retorno.
Me da miedo ser demasiado exigente en algunas cosas. Quizás será que como yo me doy tanto también espero lo mismo y sé que eso es un error que voy repitiendo de hace demasiado... porque se da sin esperar recibir nada a cambio... pero tan difícil es tener de vez en cuando algo de atención?
Por suerte siempre habrá alguien que de vez en cuando nos de una alegría.
Aún no me he quitado la espina... aún me duele y me va a doler. Tengo a la arpía dentro de mi pidiéndome ser mala y me aguanto porque no quiero dejarme llevar por los impulsos y menos con gente que quiero...
pero almenos esas personas han conseguido alegrarme un poco...
sigo con mi mala racha así que cada vez tengo más necesidad de compañía, de alguien que me escuche, que este por mi... que me presten atención y que me digan palabras amables porque batacazo tras batacazo cuesta más levantarse.
Gracias por haber estado ahí...

Comentarios

Entradas populares de este blog

La poción del olvido

Últimamente se me ha pasado varias veces por la cabeza una contradicción. Y es que en esos momentos en los que sientes morir por amor, en los que te desesperas por la situación y no ves salida quisieras que todo fuera diferente. Tienes un fantasma rondandote día y noche, recuerdos, situaciones, y todo te persigue y no sabes si serás capaz de olvidar. Y el engaño y las mentiras no dejan de torturarte y las miles preguntas, todas las incognitas, tanta decepción no se van de la cabeza y por un momento pienso en la idea maravillosa de una poción. Una poción mágica que fuera capaz de hacernos olvidar, hacer como si no hubiera existido porque entonces todo sería más fácil, no sería tan duro el día a día y solo se trataría de continuar la vida tal cual era antes de todo. Pero aqui viene la contradicción... en realidad, en lo más profundo sabes que no serviría de nada, que incluso podría ser peor porque quizás todo eso que nos había echo madurar en cierta manera no existiría, así que sería com...

Y yo, ¿que haré con este amor?

El amor duele... y mucho. Pero cuando te han mentido, cuando sientes que todo fue una mentira... el dolor es indescriptible. El dudar de todo, el sentirte tan tonta, como si hubieras vivido un cuento que solo viviste tu, como si se hubieran reido de ti y de tus sentimientos y te hubieran arrancado el corazón para pisotearlo. Como es posible que a pesar del daño, de saber que no te conviene que, aún sabiendo que no quieres volver a verle, ni saber de él porque duele demasiado, puedes seguir queriendo y necesitando una mentira? Y sientes como si fuera imposible que vuelvas a confiar en nadie más, que el amor no existe, que es solo un mito, una leyenda. Lo peor, todo ese amor que queda, que si que sentiste porque si que amaste de verdad, que haces con ese amor? "Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes tú adónde va? "

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...