Ir al contenido principal

No puedo olvidarle


No puedo… no soy capaz de olvidarle. Me es imposible no tenerle en mi cabeza constantemente repiqueteando intentando llamar mi atención. Me insiste en que sigue ahí, en que no quiere abandonarme.
Lo sé… sé que es mi imaginación cruel torturándome por mis anhelos. Pero también soy consciente de que esta obsesión tiene sus razones. Nadie nunca me había hecho sentir como él. Seguramente muchos piensen que es lo que se dice siempre… es cierto… cada persona nueva con la que nos enganchamos pensamos que es la única, que nunca antes había sido igual.
Pero realmente esta vez lo es. Y no puedo quitarme su mirada de mi cabeza. La siento a cada momento recorriéndome. Siento la sensación de mirarnos fijamente. Le siento mirándome de arriba a abajo con cierto aire de provocación, obsceno. Su rostro serio pero diciéndolo todo con su mirada, haciendo que me sonroje de una manera casi obscena mientras tiemblo con la tensión de tenerle a apenas unos centímetros de mi.
Recuerdo como me hacía sentir, como sentía cosquillas en mi vientre cuando notaba su aliento en mi cuello y se acercaba a susurrarme cualquier cosa. Y tampoco puedo olvidar sus manos, quemándome la piel cuando me rozaba tan delicadamente que me tomaba por sorpresa porque aparenta todo lo contrario.
Conseguía alterarme de una manera sorprendente. Sabía perfectamente cómo ponerme nerviosa. Como mirarme. Sabía cuando estar en silencio. Y con esos silencios cuantas cosas se sentían, y cuanto nos decíamos. Yo agachaba la cabeza y me mordía el labio constantemente siendo mi mayor delator. Eso y mis mejillas. Y si.. mi boca.
Mi respiración acelerada por simplemente por tenerle ahí tan cerca. Y como apenas conseguía disimular el temblor de mi cuerpo. Como conseguía hacerme sentir tantas cosas con tan poco. Ese hombre de verdad sabía crear momentos llenos de tensión sin ni siquiera tocarme. Quién más es capaz de eso?

Comentarios

Entradas populares de este blog

La poción del olvido

Últimamente se me ha pasado varias veces por la cabeza una contradicción. Y es que en esos momentos en los que sientes morir por amor, en los que te desesperas por la situación y no ves salida quisieras que todo fuera diferente. Tienes un fantasma rondandote día y noche, recuerdos, situaciones, y todo te persigue y no sabes si serás capaz de olvidar. Y el engaño y las mentiras no dejan de torturarte y las miles preguntas, todas las incognitas, tanta decepción no se van de la cabeza y por un momento pienso en la idea maravillosa de una poción. Una poción mágica que fuera capaz de hacernos olvidar, hacer como si no hubiera existido porque entonces todo sería más fácil, no sería tan duro el día a día y solo se trataría de continuar la vida tal cual era antes de todo. Pero aqui viene la contradicción... en realidad, en lo más profundo sabes que no serviría de nada, que incluso podría ser peor porque quizás todo eso que nos había echo madurar en cierta manera no existiría, así que sería com...

Y yo, ¿que haré con este amor?

El amor duele... y mucho. Pero cuando te han mentido, cuando sientes que todo fue una mentira... el dolor es indescriptible. El dudar de todo, el sentirte tan tonta, como si hubieras vivido un cuento que solo viviste tu, como si se hubieran reido de ti y de tus sentimientos y te hubieran arrancado el corazón para pisotearlo. Como es posible que a pesar del daño, de saber que no te conviene que, aún sabiendo que no quieres volver a verle, ni saber de él porque duele demasiado, puedes seguir queriendo y necesitando una mentira? Y sientes como si fuera imposible que vuelvas a confiar en nadie más, que el amor no existe, que es solo un mito, una leyenda. Lo peor, todo ese amor que queda, que si que sentiste porque si que amaste de verdad, que haces con ese amor? "Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer, cuando el amor se olvida, ¿sabes tú adónde va? "

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...