Ir al contenido principal

Dispuesta?

Por conocer gente, por creer estar predispuestos a intentar estar abiertos, significa estar abierto al amor? Hay veces que te topas con muchísima gente y hablas y una parte de ti mismo cree dejarse conocer, ser uno mismo pero... no lo consigues, no consigues conectar, no consigues ese algo que quisieras encontrar... entonces te frustras y piensas, seré yo el problema? será culpa mía que en realidad no dejo conocerme, no dejo que descubran quien soy? El miedo estará venciendo todo lo demás? Quizás sea así, quizás aunque se quiera no se pueda forzar, o incluso aunque crea que si, no quiero. Mi pasado me pasa factura cada día pero será que no es momento... será que aún tengo que dejar pasar un poquito más de tiempo... tiempo...

Comentarios

  1. Original y bonita foto! No he podido tentarme en escribirte. Nunca digas que tu eres el problema, no dejes que tu pasado se apodere de tu presente y mas si no merese la pena. Como ya te dije, el tiempo lo cura todo, por eso abrete al mundo y se tu misma. Una mentira y un mentiroso, no meresen ser recordados constantemente, deja que alguien nuevo y correspondido a ti, haga que borre todo eso. Suerte. Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Hola de nuevo Serpl, quizás en realidad si que lo soy y sin querer me pongo una barrera no lo sé, son cosas que una piensa cuando siente que parece que no conecta con nadie... pero tranqui, el momento que estoy pasando no es fácil y soy consciente y sé que es cosa de tiempo. Gracias por tu coment y seguir el blog, un beso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Has de vivir

Vuelvo a escribir tras medio año desaparecida. Este artículo me ha parecido maravilloso y perfecto para esta foto. Así que aquí lo pego identificando esta imagen con estas maravillosas palabras. "Sucedió hace apenas treinta horas en una mesa frente a Gràcia, en la indescriptible sala de  Moments  —frente a nosotros, un padre con su hija ( ¿seis años? ), él le explicaba los platos, ella atendía con los ojos muy abiertos, inmensos ojos. Aislados del resto del universo, nada existía más allá de la isla que era su mesa. Nada más. Nada menos. No tengo hijas, pero sí un folio en blanco.  Aquí va una carta para ella, para ti —ojalá un día la leas: Viaja, viaja sin descanso. Viaja sola y acompañada, en familia y enamorada (no existe nada mejor) viaja con amigos y también —por qué no, con un amante, viaja en primera pero también en apestosos trenes regionales. Tienes que conocer La Mamounia y ver caer el atardecer en la terraza del Fortuny, con un Bellini en la man...

El Encuentro

Pasaron meses desde la última vez que se habían visto. Pasó la vida, las obligaciones, el cansancio. Y habían puesto distancia de por medio. Pero lo que sentían, lo que eran había quedado intacto. Se reencontraron y al verse todo afloró. Recuerdos, sentimientos, mientras se miraban a los ojos en silencio. Se notaba en el ambiente lo que había aún entre ellos y que seguramente sería para siempre. Sonríeron, rieron y empezaron a hablar. Como les había ido, como estaban. Se dijeron todo y entre historia e historia había silencios que decían todo. De vez en cuando se rozaban, notando una chispa. La mano, la pierna, el brazo. Se dijeron cuanto se habían echado de menos, incluso cuando ni siquiera se daban cuenta. Se dijeron tantas cosas que habían quedado pendientes en aquellos meses y al final no se contuvieron. Y a partir de ese momento se juraron que no se separarían más. Que estarían siempre en la vida del otro, de la manera que fuera, con sus pausas, pero sin desaparecer. Tenía qu...

MONSTRUOS INTERNOS

Hay muchos tipos de monstruos. Los de las historias de miedo. Los tipos malos. Y también están los monstruos internos. Los que empiezan siendo diminutos, microscópicos pero van creciendo poco a poco, en silencio. Hasta que llega un momento que el monstruo está pegado a nosotros como una sombra que te persigue y siempre está ahí al acecho. Cuando te hacen daño no es solo el dolor que sientes en ese momento, si no las cicatrices. Pasa el tiempo y crees que estás bien hasta que algo hace clic y hace que reaparezcan los monstruos, eso que te embruja y hace un hechizo para imbocar los demonios. A veces el peor enemigo de alguien puede ser uno mismo.